martes, 6 de marzo de 2012

¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?

Why Be Happy When You Could Be Normal, Jeanette Winterson
«Tenía dieciséis años y mi madre estaba a punto de echarme de casa para siempre, por haber roto una gran regla, más grande que los libros prohibidos. La regla no solo era Nada De Sexo, sino que añadía terminantemente, Nada De Sexo Con Tu Propio Sexo.
   Yo tenía miedo y era infeliz.
   Me acuerdo que iba a la biblioteca a recoger las novelas policíacas. Uno de los libros que me encargó mi madre se titulaba Asesinato en la catedral, de T.S. Eliot. Ella dedujo que sería una morbosa historia sobre perversos monjes católicos, cualquier cosa que fuera mala para el Papa le gustaba.
   El libro me pareció un poco corto –las novelas de misterio suelen ser bastante más largas–, así que le eché un vistazo y vi que estaba escrito en verso. Sin duda no estaba bien… Nunca había oído hablar de T.S. Eliot. Pensaba que sería algún pariente de George Eliot. La bibliotecaria me contó que era un poeta norteamericano que pasó casi toda su vida en Inglaterra. Murió en 1964 y había ganado el premio Nobel.
   No leía poesía porque mi objetivo era abrirme paso a través de la LITERATURA INGLESA DE LA A A LA Z.
   Pero aquello era diferente…
   Leí: “Este es un momento / pero has de saber que otro / te atravesará con una repentina alegría dolorosa”.
   Empecé a llorar.
   Los lectores me miraron con reprobación, y la bibliotecaria me recriminó, porque en aquella época no podías ni estornudar en una biblioteca y mucho menos lloriquear. Por eso me llevé el libro fuera y lo leí de un tirón, sentada en las escaleras en medio del típico vendaval del norte.
   Aquella obra hermosa y extraña hizo soportable aquel día, me ayudó a soportar la idea de otra familia fracasada. La primera vez no había sido culpa mía, pero todos los niños adoptados se culpan a sí mismos. La segunda fue por mi culpa, sin lugar a dudas.
   Estaba confundida sobre el sexo y la sexualidad, y molesta por los problemas prácticos e inmediatos de dónde vivir, qué comer y cómo superar los exámenes.
   No tenía a nadie que me ayudara, pero T.S. Eliot me ayudó.
   Por eso cuando la gente dice que la poesía es un lujo, o una opción, o para las clases medias cultas, o que no se debería leer en el colegio porque es irrelevante, o cualquiera de esas extrañas tonterías que se dicen sobre la poesía y el lugar que ocupa en nuestras vidas, sospecho que a la gente que las dice le ha ido bastante bien. Una vida dura necesita un lenguaje duro, y eso es la poesía. Eso es lo que nos ofrece la literatura: un idioma suficientemente poderoso para contar cómo son las cosas.
   No es un lugar donde esconderse. Es un lugar donde encontrar.» (pp. 48-49)

¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? (Why Be Happy When You Could Be Normal). Jeanette Winterson. Trad. Álvaro Abella Villar. Lumen, 2012.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Hay alguna manera de ponerse en contacto con usted?

Reciba un cordial saludo.

editorial@lck15.com

Elena dijo...

Pues creo que esto ya es un contacto.

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